Cómo quisiéramos ser,
hablarnos y no,
en nuestros dóciles silencios,
con un pedazo de futuro entre las manos,
con el rezago de un fruto del pasado.
A veces bueno es sentir
el olvido,
la pausa del mundo
en un ósculo constelado en mi mano
Como tantos otros,
lágrima flotante
¿De qué?
Junto a tantas respuestas
que no nos importa entender.
Por ahora,
me escondo la mirada tierna que me aprisiona,
que lucha en contra de revelaciones
-innecesarias-
porque él me observa,
las ojeras dibujadas bajo el par de soles.
Duele la extrañeza de coincidir
en un refugio de entrañas, la madre tierra
dispuesta para ambos, la misma que
nos juega en cascabeles de ternura.
Sé mi Pachamama:
Tiempo invadido,
Universo en simetría.
Naturaleza imperante,
Fuente de inventos,
Laguna de fonemas inteligibles,
y libera tus desazones de saberte dominado.
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