viernes, 20 de mayo de 2011

Galería de códigos no ordenados.

Hay cientos, casi miles de cartones pintados en cada exhalación-ternura
(los cientos son sombra de un cielo dormido), como resultado
aparece esa cuestión inefable de una solitaria imagen-creación:
sucedió, alas angeladas nos dieron este invierno y mientras juego a escribir,
me han dicho que la muerte no soporta cierta lógica, entonces, se me termina la tarde nacarada, y cae el dolor a cuentagotas, hasta derribarme, marearme y renacerme en promesas que ruedan verosímiles,
 
d i a r i a m e n t e.

jueves, 19 de mayo de 2011

Mientras vos duermes otros te sueñan.

Deja de transferir tu voz a mi memoria,
Excusa la lotería de esos besos improvisados,
El humo de cigarrillo en las montañas
Dura un poco más.

Un hombro se broncea progresivamente,
en lo invisible de ese amor que se esconde,
En el espejo de mi sueño recurrente,
más inexplicaciones fortuitas.

Estos días voy tejiendo mi paciencia,
Porque quiero decirte oye Dios:
No rías tanto de mis planes,
Si no los entiendes ve a dormir
Entre tus sirenas y corales marchitos.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Correspondiente aflicción.


Tengo una serie de poemas muertos
Que luchan entre suaves coartadas ficticias,
Por ser explotados en múltiples ilusiones.

Debo acotar, los han raptado impíamente,
Y, eran tan, tan cabello, tan uña, ADN,
Que la sal gritando detrás de mis ojos
Se niega rotunda
 a brotar exquisita.

Rezagos de alquimias y máquinas de escribir
Me rozan, dulces, la pálida mejilla izquierda
-decepcionada-
Y regalan indulgencias al pasado perseguido,
Mientras me  s u s u r r a n:
“No tiene real importancia “
-frase cuestionablemente meretrizada-

Ahora, qué son las palabras,
Sino la palma de la mano,
 Líneas rectángulo de salvaciones restringidas,
Sabor a acordes y aceite bendito.

Esta tarde quiero el cupón del olvido inducido,
La precisión de una meta-explicación,
Porque la poesía es más o menos
El desorden de envejecer, en medio de
Un mundo pueril.

Dime qué es una nueva entrada y te llevo en cada palabra del olvido.

No enseñanzas, ni proyecciones,
porque:
Todo puede ser un título,
cada verso,
cada soplo,
Plotomeo y la biblia primera,
la de los setenta,
los seis sabios de cada daca,
tribus hebreas de los 250 a.C.

No enseñanzas,
porque:
Mis ojos se arropan en dos palabras,
como si significase algo:
lo que escribe,
lo que se bebe,
lo que se muere,
pobre sabor amargoso.

Ni proyecciones,
porque:
Esta tarde hastiada de vértebras,
nos deja la alegría y los dolores,
ahora,
me cuesta abandonarte, palabra,
pero debo irme.