No enseñanzas, ni proyecciones,
porque:
Todo puede ser un título,
Todo puede ser un título,
cada verso,
cada soplo,
Plotomeo y la biblia primera,
la de los setenta,
los seis sabios de cada daca,
tribus hebreas de los 250 a.C.
No enseñanzas,
porque:
Mis ojos se arropan en dos palabras,
como si significase algo:
lo que escribe,
lo que se bebe,
lo que se muere,
pobre sabor amargoso.
Ni proyecciones,
porque:
Esta tarde hastiada de vértebras,
nos deja la alegría y los dolores,
ahora,
me cuesta abandonarte, palabra,
pero debo irme.
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