jueves, 28 de julio de 2011

“No mantenga ese desorden” ...de vivir en el pasado.

Ya, la ironía de mis sueños no son un fundamento beckettiano, porque tiene mucho sentido, así como cuando se estrella un cigarrillo contra la pared para rogarle a la gravedad caer sobre una prenda tersa. Él no se puede quitar la ternura de la piel. Él quiere a todo el mundo en su contra. Él vive a 2550 msnm. Hagan el favor de preguntar: por qué lo he extrañado. Ay, si supieran el efecto de cinco libros prestados, o de creer que entendemos, porque no entendemos nada. Ya, él se molesta por tanta alegría efímera, le jode asomarse a la ventana y encontrarme ahí, con razones suficientes para morir un poco menos. Ahora, paradoja, paradoja.
Los hombres son el mismo hombre, perpetuado, lastimado, amargado y finalmente lucificado, pincelazo final del pintor, nihilista, escritor: Luis A. Martínez. Las pinturas reflejan las entrañas de la tierra. Entonces, qué es esto de escribir, si en realidad es un acto del ego, un ego compartido.

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