lunes, 19 de septiembre de 2011

ñuca munani

Cómo quisiéramos ser,


hablarnos y no,
en nuestros dóciles silencios,
con un pedazo de futuro entre las manos,
con el rezago de un fruto del pasado.

A veces bueno es sentir
                                          el olvido,
la pausa del mundo
en un ósculo constelado en mi mano
Como tantos otros,
lágrima flotante
¿De qué?

Junto a tantas respuestas
que no nos importa entender.

Por ahora,
me escondo la mirada tierna que me aprisiona,
que lucha en contra de revelaciones
-innecesarias-
porque él me observa,
las ojeras dibujadas bajo el par de soles.

Duele la extrañeza de coincidir
en un refugio de entrañas, la madre tierra
dispuesta para ambos, la misma que
nos juega en cascabeles de ternura.
Sé mi Pachamama:
Tiempo invadido,
Universo en simetría.
Naturaleza imperante,
Fuente de inventos,
Laguna de fonemas inteligibles,
y libera tus desazones de saberte dominado.

martes, 6 de septiembre de 2011

Catarsis

Lugar Natal (1989) - Eduardo Kingman






"No es verdad que el mundo está todo descubierto. El mundo no es sólo la geografía con sus valles y montañas, sus ríos y sus lagos, sus planicies, los grandes mares, las ciudades y las calles, los desiertos que ven pasar el tiempo, el tiempo que nos ve pasar a todos. El mundo es también las voces humanas, ese milagro de la palabra que se repite todos los días, como una corona de sonidos viajando en el espacio." 
-José Saramago.








Reminiscencia de aplausos, sí, esa imposible fusión de células de la palma de la mano, que uno se empecina en que un día de estos, el refugio se unirá.
La marcha del poeta se nos viene en dolores que se inventan, en depresiones por lo ajeno… el materialismo que les corroe el cerebro a las masas y les vacía el alma, en succiones fugaces
de a poco.

Hoy respiré harta de leer que la gente alza la cabeza y mira al cielo, como esperando que éste se caiga, como esperando respuestas inútiles.

Me abrazan tantos libros desde sus estantes remolino, no podría yo separarme de las letras, de las palabras, estructuritas del humano, porque la voz es signo del dolor y del placer, ya lo dijo Aristóteles, homo sapiens; ni tanto, homo amans capaz de abstraer sonidos y darles un significado en el orden de las emociones.
Solamente nos basta un par de ojos para observar desde un punto que otros no, y escribir a partir de esos ojos de matices múltiples y bostezos más prolongados, porque el tiempo es la diferencia, el tiempo es la respuesta menos fácil, para no el proceso pero sí el entender los desfases. Me perdí de tanto poema, de tanta realidad sujeta a sueños.

Y entonces, así el cuerpo empieza a reclamarte tanto maltrato o sea: tanto insomnio (me duele la cabeza), y la mente me cuestiona por qué permanezco en un lugar por tanto tiempo. Sí, tengo el alma más que adolorida, resfriada, porque a veces soy el cielo que atormenta, la tarde que galopa, en cada sueño, en cada herida.

jueves, 28 de julio de 2011

“No mantenga ese desorden” ...de vivir en el pasado.

Ya, la ironía de mis sueños no son un fundamento beckettiano, porque tiene mucho sentido, así como cuando se estrella un cigarrillo contra la pared para rogarle a la gravedad caer sobre una prenda tersa. Él no se puede quitar la ternura de la piel. Él quiere a todo el mundo en su contra. Él vive a 2550 msnm. Hagan el favor de preguntar: por qué lo he extrañado. Ay, si supieran el efecto de cinco libros prestados, o de creer que entendemos, porque no entendemos nada. Ya, él se molesta por tanta alegría efímera, le jode asomarse a la ventana y encontrarme ahí, con razones suficientes para morir un poco menos. Ahora, paradoja, paradoja.
Los hombres son el mismo hombre, perpetuado, lastimado, amargado y finalmente lucificado, pincelazo final del pintor, nihilista, escritor: Luis A. Martínez. Las pinturas reflejan las entrañas de la tierra. Entonces, qué es esto de escribir, si en realidad es un acto del ego, un ego compartido.

jueves, 21 de julio de 2011

Entrañable

A veces me cuestiono si en realidad las contraseñas figuran la existencia de una puerta o por qué no una ventana, en todo caso, madera o vidrio, ambos frágiles: (no) nos deparan un futuro promisor. Sé que la distancia nos obliga a pensar un poco más, o por qué no un poco menos y al contrario, nos permite sentir un deshabituamiento atroz. Algo se ha roto entre ella y él, la repisa en la que sin querer coleccionaban compendios de tristeza, el polvo ha construído murallas y miradas. Lo exigüo de sus conversaciones redimió tanta soledad lacónica, propio de un clima donde el ser humano, entre tanto paisaje y semblanza crea su propia forma de abrigarse. Como siempre los libros legitiman nuestra esperanza en declive, y las paredes son galerías de cuadros y pinturas exquisitas, tanto tiempo ha transcurrido, y este ángel no ha volado.

miércoles, 29 de junio de 2011

Esta noche terciopelo,


De luna acartonada,
no importa que nos nutramos de frutos,
-cuestiones mortales-
Sino, necesitamos alimentarnos de
tinta y más tinta ambrosía,
que nos verifiquen el sentir,
y las miradas se incrusten sutilmente,
en la bendición de una ficción angelada.

Cuando un poeta confluya en el viento:
Cotidiano vano derruido,


Acabará su luna acartonada,

Y el alma se lo refutará,
T o t a l m e n t e   obscura.




viernes, 20 de mayo de 2011

Galería de códigos no ordenados.

Hay cientos, casi miles de cartones pintados en cada exhalación-ternura
(los cientos son sombra de un cielo dormido), como resultado
aparece esa cuestión inefable de una solitaria imagen-creación:
sucedió, alas angeladas nos dieron este invierno y mientras juego a escribir,
me han dicho que la muerte no soporta cierta lógica, entonces, se me termina la tarde nacarada, y cae el dolor a cuentagotas, hasta derribarme, marearme y renacerme en promesas que ruedan verosímiles,
 
d i a r i a m e n t e.

jueves, 19 de mayo de 2011

Mientras vos duermes otros te sueñan.

Deja de transferir tu voz a mi memoria,
Excusa la lotería de esos besos improvisados,
El humo de cigarrillo en las montañas
Dura un poco más.

Un hombro se broncea progresivamente,
en lo invisible de ese amor que se esconde,
En el espejo de mi sueño recurrente,
más inexplicaciones fortuitas.

Estos días voy tejiendo mi paciencia,
Porque quiero decirte oye Dios:
No rías tanto de mis planes,
Si no los entiendes ve a dormir
Entre tus sirenas y corales marchitos.